La casona dispone de amplias habitaciones, una fuente de agua construida en piedra y dos patios interiores. Junto a la entrada del hotel se encuentra el comedor donde se sirven los desayunos buffet. Las habitaciones se ubican en torno a los patios interiores, con ventanas amplias por donde entra el color de la sierra peruana. La propiedad está decorada con diseños de los artesanos de Cusco además de estar rodeado de plantas, flores y árboles de los Andes. Se encuentra muy cerca a dos de las plazas más emblemáticas de la ciudad del Cusco, la Plaza de Armas y la Regocijo, y a la Iglesia de Santa Teresa, de finales del siglo XVII y de sorprendente estilo barroco. A pesar de ese carácter céntrico, el hotel se encuentra lo suficientemente apartado como para que pueda disfrutar de la paz que todo viajero necesita.